miércoles, 9 de septiembre de 2009



Tan solo unas decenas de personas, un puñado para como suelen ir de repletos cualquier otro día o a cualquier otra hora.

Una hora y un tren al azar, una partida y un destino. Pero podía haber sido cualquier otro, en cualquier otro lugar y hacia cualquier otro sitio. No era eso lo más destacado.
Un viaje, pero un viaje mas bien mental, en el que el tiempo parecía escabullirse de la realidad, parecía quedarse detenido durante un tiempo ilimitado para luego volver a continuar en el mismo instante en que me concedió un leve tregua. Un espacio hermético, casi asilado de la realidad; pasando por múltiples lugares pero realmente por ninguno. Unos instantes en los que la imaginación vuela, se alza mucho más lejos de lo que cualquiera puede llegar por sus propios medios, alcanza unos límites insopechados en los que se embulle y se embriaga de agridulces recuerdos, antiguas preocupaciones, viejos anhelos, nuevos deseos....

Un parón es seco, una pequeña bofetada que te teletransporta de nuevo a la realidad. Aunque ¿es realmente ésa la realidad ? Quizás dentro de un tiempo sea tan solo una leve sensación meláncolica que durante unos instantes puede alejarte de todo lo demás...

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