miércoles, 29 de octubre de 2008


Hacía ya varios días que no me pasaba por aquí y que no actualizaba ésto. En realidad no tengo ninguna novedad que contar. Al decir ésto me viene inmediatmante a la cabeza un replique ya habitúal y mecánico de cierta persona: "¿Y que quieres que pase?". En parte tiene razón, en ocasiones es mejor que no pase nada diferente de lo habitúal, por llamarlo de alguna manera, ya que cuando se da ese caso nos damos cuenta de lo afortunadamos que éramos tan solo un segundo antes con esa cotidianidad.

Muchas veces dejamos vagar la imaginación, soñando , deseando situaciones que quisiéramos vivir o volver a sentir o con otras que nos gustaría experimentar pero que somos conscientes de que quizás nunca se lleven a cabo. También los minutos pueden transcurrir abstraidos en la nostalgia de unos hechos pasado y que nos inyectan ese dolor por su no regreso.

En ocasiones es mejor vaciar nuestra mente de todo ello y no dejarse arrastrar demasiado y es que al estar sumidos en esto olvidamos y malgastamos cada minuto que pasa, no nos percatamos de muchas otras cosas que no van a volver a suceder ni a ocurrir. Incluso mientras estoy escrbiendo ésto has pasado ya varios minutos, un cúmulo de segundo de mi vida que no puedo recuperar.


domingo, 19 de octubre de 2008

Punto y aparte

En ocasiones me viene a la mente un poema del alejandrino Kavafis. Aún recuerdo la primera vez que lo leí ya hace unos cuantos años cuando una profesora de la que guardo un buen recuerdo nos lo leyó. Todavía no había comenzado mi manía por este ámbito pero cada vez que lo releo me permite sumergirme durante unos minutos en él y olvidarme de todo lo demás proprcionándome al mismo tiempo nuevas energías. Se puede decir que es mi katarsis paticular.


Ιθακη
Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca
ruega que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de descubrimientos.
A Lestrigones, Cíclopes,
al colérico Poseidón- no temas:
nunca hallarás tales seres en tu camino,
nunca mientras altos sean tus pensamientos,
mientras una extraña emoción
estimule tu alma y tu cuerpo.
A Lestrigones, Cíclopes
al fiero Poseidón, nunca encontrarás
a menos que en tu alma los lleves dentro,
a menos que tu alma los ponga en tí.

Ruega que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano en que,
con gran placer y alegría,
entres en puertos desconocidos;
podrías deternerte en los mercados de Fenicia
y comprar hermosas cosas,
coral y nácar, ámbar y ébano,
toda clase de perfumes sensuales...
adquiere tantos como puedas;
podrías visitar muchas ciudades egipcias
y no dejar de aprender de sus sabios.

Que siempre Ítaca esté en tu pensamiento.
Llegar ahí es tu destino.
Pero nunca apresures el viaje.
Es preferible que dure años,
que seas viejo cuando alcances la isla,
rico con todo lo que habrás ganado en el camino,
sin esperar que sea Ítaca la que te haga rico.
Ítaca te dio un maravilloso viaje.
Sin ella no habrías partido.
Pero ya no tiene mas que darte.

Y si la encuentras pobre, no creas que Ítaca te ha engañado.
Sabio como te has hecho, tan pleno de experiencia,
habrás entendido lo que significan las Ítacas.