viernes, 14 de agosto de 2009


Los antiguos tenían una creencia firme en la fortuna, en esa υβρις que hacía que el ser humano traspasara las fronteras de lo que le estaba permitido y se introdujera en una dimensión que no era la apropiada para él. Entonces llegaba la νεμεσις ,la venganza divina.
También se tenia miedo a proclamar por todo lo alto la buena suerte, las buenas acciones que a uno le acontecían porque parecía que si se hacía se iba a invertir todo inmeditamente.
Esa sensación me invade en ocaciones, un miedo a proclamar lo que se siente por temor a que se vaya evaporando conforme se va nombrando.


Sin embargo, a la vez te embriaga un regocijo interno de ser consciente de que esa es tu única preocupación, de que se carece de otra mayor por la que lamentarse y te alegras de tener la fortuna gratuita de estar dónde estas, vivir dónde vives, ser consciente de todo eso que tienes y no de lo que te falta. ¿ Para que echar de menos aquello que no se tiene si lo único que se consigue es añorarlo y mientras tanto no disfrutar de lo que se tiene delante ?.
Echando un simple vistazo alrededor te das cuenta de que siempre hay gente en una situación mucho peor que la tuya y sin embargo llevan a cabo el día a día con un optimismo y con una vitalidad mayor que la de cualquier otro. Pero ésta es la simple teoría, pensamientos que se cruzan de vez en cuando por la mente .A la hora de la verdad cada uno va sumido en sus propias preocupaciones, encerrado en su propia burbuja que a veces no deja acceder a nadie y encerrado en una dimensión en la que no hay una rejas físicas pero si mentales que son porbablemente las más peligrosas y las más difíciles de vencer.

1 comentario:

  1. Quizas todo sea necesario...necesitamos creer en la fortuna , necesitamos ser optimistas para poder superar todo los obstáculos, necesitamos pensar en todo lo que no tenemos y necesitamos encerrarnos en nuestra burbuja....Lo malo de todo esto es llegar a los extremos, perder el equilibrio y caernos...en donde?No lo se...Lo bueno es que muchas veces nos agarran o nos agarramos para no caernos, para no perder el quilibrio y asi te empiezas a dar cuenta de todo lo que merece la pena valorar.
    Didi.
    Un beso Maria.

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