viernes, 26 de febrero de 2010

Este es un año que por una de las cosas que se caraceteriza es por ser un año jacobeo, como culquiera puede saber debido a la inmensa propaganda que se le está dando. No voy a abordar de nuevo ese tema,mas bien quiero pararme a reflexionar por un momento en otro camino: en el camino vital de cada uno, en el cual confluyen mucho itinerarios distintos,o, en otras palabras, pasar repaso a todas esas "ventanas", como nos ha contado estos días en su clase nuestro particular filológo, por las cuales nos podemos asomar para poder echar un vistazo al exterior y poder "ensanchar", aunque no "alargar" nuestra vida.
La verdad, que en esa hora no se si vamos a aprender más o menos de fonética histórica o una mayor o menor cantidad de los rasgos de la lengua de Terencio pero lo que sí que está consiguiendo es que tengamos en mente muchas alternativas que replanteen nuestra propia vida y el desbarajuste de algunas ideas preconcebidas para poder volver a ordenarla. Esta calro que si no se tienen definidos los cimientos que sostienen lo mas básico de tu vida, es imposible progresar.Hay que tener conciencia de la importancia de cada uno de los ámbitos que interfieren diariamente en tu existencia y darle a cada uno el valor adecuado, ni más ni menos. Estoy de acuerdo en que esto es muy fácil en la teoría y que en la práctica todo es mucho más complicado. También se por propia experiencia en que hay ocasines en que las circunstancias no te dejan otra alternativa y hay que buscar refugio en lo que se tiene más a mano para no sucumbir por completo en ese momento. Es una experiencia de la que se puede obtener un beneficio positivo en el caso de que sea algo meramente temporal y una vez que se ha salido de ese conflicto se tiene conciencia del valor de cada una de las cosas y de las consecuencias que he conllevado. En caso contrario se convierte en algo meramente obsesivo.
Así, cada uno deber ordenarse la vida como quiera y con los medios que tenga a su disposición. Somos libres y por ello todas las consecuencias que se deriven de nuestras acciones son fruto de nuestros actos y no son culpa de los demás, o de las circunstancias, o del vecino de al lado.Es más fácil echarle la culpa al que está mas cerca que darse cuenta de los errores cometidos, analizarlos y poner los remedios necesarios para solventarlos. No es sencillo pero es mejor eso que estar continuamente engañados; Yo personalmente lo prefiero.